Lo que llevamos, nos hace ser nosotros mismos
- Maritza Messer
- Dec 15
- 1 min read

Hoy fui a una de esas tiendas donde venden materiales para bisutería y, al terminar mi compra, quedé completamente encantada con una de las chicas en la caja. Iba adornada con al menos diez, o quizá más…, pulseras, y parecía que no le alcanzaban los dedos para todos los anillos que llevaba. No me fijé si usaba aretes o collares; su cabello largo y el uniforme seguramente los ocultaban. Pero estoy segura de que llevaba de todo, y pensé de inmediato: esta es mi clienta ideal.
Más tarde me puse a reflexionar y pensé que en este mundo hay de todo. Hay personas como yo, que disfrutamos ir muy adornadas, y otras que con un par de aretes pequeños y una cadenita ya se sienten completas. Y la verdad es que, de cualquier manera, eso nos hace ser nosotras mismas, nos define. La forma en que nos vestimos y los accesorios que elegimos cuentan una parte de quiénes somos.
Esto me llevó a recordar a mi mamá, quien siempre estaba de punta en blanco. No podía dar un paso fuera de la casa sin sus aretes, y siempre llevaba sus anillos y collares. Para ella, el adornarse era parte de su rutina diaria, un gesto de cuidado personal y de identidad. Así fue casi hasta su último día.
Creo que las joyas son mucho más que simples adornos. Son expresión, memoria, presencia y, en muchos casos, legado. Ya sea que llevemos mucho o poco, cada pieza que elegimos tiene un significado y nos acompaña en nuestra historia. Al final, adornarnos es también una forma de honrar quiénes somos.




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